domingo, julio 23, 2006

An elseworlds of DC Universe: Roswell 1947 Capitulo tres

Roswell, Nuevo Méjico
Area 51
09:00 Lunes 16 de septiembre de 1957

La pelota rebotaba una y otra vez contra la pared. Describía trayectorias idénticas todas y cada una de las veces. Lionel Luthor parecía hipnotizado por su ritmo monótono y constante. Comenzó a pensar que era una metáfora de su vida. Llevaba más de 10 años dándose de cabezazos contra la pared. Más de 10 años investigando y no había conseguido ni una sola pista. Estaba casi en el mismo punto que cuando la jodida nave se estrello en suelo americano.

-Bueno, no como al principio – Luthor se permitió una sonrisa. Siempre le quedaban los “avances” en tecnología militar que habían logrado.

Se dispuso a bajar a la sección de Investigación y Desarrollo de Tecnología Avanzada. Una de las secciones más secretas y encubiertas del ejército americano. Se necesitaban tantas credenciales para poder conocer solo el nombre de la sección, que uno podía jubilarse antes que poseer semejante autorización. Y Luthor, dirigía aquello. Quizás fuera un golpe de suerte que cuando cayera la nave, fuera un simple capitán del ejército que se encontraba destinado temporalmente en Roswell. Quizás fuera el destino el que le impidió marcharse de permiso aquella mágica noche.

-Y quizás solo, quizás es que he nacido para ello.- Oyó un carraspeo a su derecha. Estaba tan ensimismado en sus pensamientos avanzando por aquellos pasillos laberínticos, que ni siquiera vio a Winslow Schott, acercarse.

-¿Que quieres Schott? Tengo prisa, y no estoy de humor para malas o peor, ninguna noticia.

-Lo siento Coronel Luthor, pero es el informe diario. Es pura rutina. Tiene que firmar aquí.- Señalo la línea de puntos donde ponía el nombre de Luthor. Se permitió otra sonrisa cuando leyó su nombre y seguido del cargo que ostentaba. Eso casi le hizo olvidar sus fracasos. Casi- Lamento comunicarle, que ninguna de las pistas que han seguido los agentes que tenemos en campo ha llevado a ningún resultado satisfactorio. Apenas hemos avan…

-¡Maldita sea Schott!- Su voz se convirtió en un trueno y su mirada paso de la más absoluta indiferencia a un odio visceral hacia aquel ser desagradable y pequeño que representaba todos y cada uno de sus fracasos.- Todas las mañanas la misma canción. Estoy harto de la ineptitud de los agentes en campo. Debería despedirlos a todos y contratar a los monos que están entrenando los de la sección espacial. Seguro que saben algo más que rascarse la barriga y buscarse los piojos.

-Perdone Coronel Luthor pero, sabe también como yo que las pistas que disponemos para encontrar al “ser” son más bien escasas. El departamento de Investigación ha construido e ideado toda clase de teorías, desde las más absurdas hasta las más lógicas que…

-Como aquella que decía que el ser se lanzó en alguna clase de paracaídas alienigena, y que aterrizó en un radio que calcularon de unos 100Km. Estuve recorriendo dicha área durante más de 36 horas seguidas sin dormir. Palmo por palmo, y no encontramos absolutamente nada. Hasta que se dieron cuenta de que los restos encontrados pertenecían a un estúpido globo sonda que choco contra la nave en su descenso. Me pregunto donde andará aquel imbécil….

-Creo que esta destinado en una estación sismológica de la antartida señor. Ese fue el destino que usted mismo se encargo de diseñar para él cuando paso a ser el director de la sección, señor.

-Gracias por recordarmelo, Schott - la risa de Luthor era incluso peor que sus gritos. Toy pensaba que se le podía helar la sangre solo escuchando aquella serie de interjecciones cavernosas y profundas.- Y ahora si eres tan amable, me voy a bajar a la sección del doctor T.O. Morrow, y la verdad es que no siento ninguna necesidad de compartir un ascensor de alta velocidad de descenso contigo. Preocupate de que el trabajo salga adelante, por el bien de tu cuello y de mi culo. Porque tenemos al personal de finanzas con las narices pegadas a nuestra mierda, intentando recortar nuestros presupuestos al mínimo posible. Si lo recortan un poco más, vamos a tener que reciclar el papel con el que nos limpiamos el culo. Y estoy hasta las narices de que mis manos no huelan a la colonia de 300 dolares que me compra mi mujer todos los años en mi maldito cumpleaños. Cumpleaños que solo me recuerda que cada año que pasa sigo sin tener ninguna maldita pista de donde diablos esta ese maldito extraterrestre. ¿Entendido?

El ascensor llego en ese justo momento y el sonido que marcaba la apertura de la puerta, sentenció el discurso de Luthor. Schott solo consiguió levantar la mano derecha y realizar el saludo militar, con un suspiro, aliviado porque se había salvado por la campana.

El laboratorio del doctor T.O. Morrow se encontraba a 30 niveles bajo el suelo. Ocupaba todo la superficie de la base, y tenía un acceso rápido al hangar donde se guardaba la nave. El descenso a los infiernos se realizaba en 15 segundos. La primera vez que se bajaba en el ascensor del diablo, como lo llamaba la gente de la sección, era inevitable vaciar el estomago. El rápido descenso, producía la sensación de que el estomago se te subía a la garganta. Los mareos producidos por la alta velocidad y las nauseas, hacían inevitable que se vomitase. Todos menos Luthor. Luthor aguantaba estoicamente la compostura. Miraba con desprecio a todos aquellos que no eran los suficientemente hombres para aguantar aquello. Incluso lució, contra todas reglas de protocolo y de comportamiento, una muesca de asco profundo, cuando el presidente bajo la primera vez a ver las instalaciones.

Las puertas se abrieron, y el aire fresco de la sección le golpeo en la cara. Aquel era su Santo Grial. Su ojito derecho. Aquella sección era la que le producía la mayor de sus satisfacciones. Y el Doctor T.O. Morrow era el único en toda la sección que le conseguía hacer sonreir con franqueza.

-¿Que tal mi buen doctor?. ¿Que es lo que me recomiendas para hoy?- Luthor grito para hacerse oír por encima del ruido general de la sala. El doctor Morrow llevaba gafas oscuras y unos cascos insonorizados. En su carpeta apuntaba cada uno de los datos generados y detalles, por nimios que fueran. Después se reunía con su equipo científico al final de la jornada e intercambiaban impresiones y planeaban estrategias para el siguiente día. Se encontraba controlando un experimento con una especie de arma, tan grande como una motosierra, que lanzaba un rayo principal, del que parecían salir rayos secundarios que giraban en torno al principal entrechocando con este y produciendo destellos tan brillantes como cuando miras al sol directamente en pleno verano. Parecía poder levantar, sin ningún esfuerzo, cualquier clase de peso. En aquellos momentos estaba levantando más de 1000 toneladas.

-Hola Coronel Luthor. Hunter ya puedes dejar la GAV. Gracias. Mañana la someteremos a otro test de resistencia y trabajaremos la idea de reducir el diseño hasta dejarlo en el tamaño de un guante- Formo con la mano izquierda el símbolo de OK y se dirigió hacia donde estaba Luthor.

-Me alegro de que te hayas dignado a bajar al décimo círculo.-Luthor río la broma. Estaba convencido de que la frase mítica que abría la Divina Comedia de Dante, garabateada en el portal de acceso a la sección 51, era obra suya.- Como habrás podido comprobar, los avances con el arma gravitatoria van viento en popa. El doctor Hunter ha sugerido que quizás el haz del GAV podía perturbar el continuum espacio-tiempo abriendo un portal hacia….

-Ahorrame los detalles, Morrow. Sabes que me aburren. Solo quiero resultados. Es lo único que me interesa. Sabes que tengo encima a los auditores. Y cualquier hueso que les podamos entregar, servirá para que no nos cierren el proyecto.

-Esta bien. Al contrario que a ti solo me interesan los detalles. En los detalles se encuentran los pequeños descubrimientos. Sabes que mi mente se alimenta de esos pequeños detalles. Necesito tener la cabeza ocupada con mil datos y ecuaciones….

-Ya estás comenzando a divagar de nuevo, Morrow, Concentrate en el ahora. ¿Qué era lo que me tenías que enseñar? ¿Alguna novedad en el proceso de clonación?

-Nada en ese aspecto. De todos los clones realizados a partir de las cuatro muestras distintas de células extraterrestres encontradas en la nave, solo ha sobrevivido el primero. Fue clonado de las muestras que se encontraban vivas. Es de suponer que eran del desaparecido cuarto ocupante. Los otros tres cuerpos hallados, al encontrarse muertos, suponen un factor determinante a la hora de la supervivencia de los clones. Los clones tomados de los sujetos femeninos, por lo general aguantan más tiempo vivos, antes de descomponerse.

-¿Pero no teorizaste que quizás, esta descomposición era producto del crecimiento acelerado al que sometías a los clones?

-Si eso es lo que pensamos en un principio. Pero realizamos varios experimentos, implantando óvulos fecundados con el ADN extraterrestre en mujeres, y los resultados fueron igualmente nefastos.

-En seguida nos cortaron las alas en ese aspecto. A algún jerifante se le pusieron los huevos de corbata, cuando las historias de abducciones extraterrestres, empezaron a salpicar al ejército Puta prensa sensacionalista. Están dirigidos por asquerosos rojos que pretenden acabar con nuestro gran país. .

-No te preocupes. Nada ha tenido resultado salvo el primer clon. Pero es bastante extraño. Alguien lo bautizo Bizarro #1, y con ese nombre se ha quedado. ¿Te gustaría verlo?

-Porque no.

Avanzaron hacia la parte más alejada de la sala de pruebas. Dos guardias custodiaban una sala de acceso con una puerta de varios centímetros de grosor. Morrow pasó su credencial por un lector de tarjetas. Salió una especie de protuberancia con forma semiesférica donde el doctor T.O. Morrow acerco el ojo derecho. Sonó un chasquido, una voz metálica mascullo “acceso aceptado” y se abrió la puerta con un siseo de gases. Salía frío de aquella habitación. Un frío helador se escapaba por la puerta, llenando la sala de acceso de un vapor frío y quebradizo.

El doctor T.O. Morrow, cedió el paso amablemente a Luthor, y este entro con paso firme y decidido en la sala. Lo primero que vio fue la celda. Estaba formada por cuatro pilares de algo que parecía acero reforzado y cristales. O algo que parecía cristales. Después se percato de la figura. Parecía un hombre. Era blanco. Tan blanco que parecía lavado con lejía. Su piel parecía escamosa. Alguna parte de la misma se había desprendido. Estaba sentado como el pensador de Rodin en una especie de roca. Parecía mirar al infinito. Sus ojos eran negros como el carbón. Llevaba un traje azul, con una capa roja. Un símbolo en el pecho. Un diamante rojo que contenía algo que parecía una S, también rojo, sobre fondo amarillo. No podía quitarle la vista de encima. En la mano que sujetaba la cabeza, le colgaba un medallón. El medallón era de acero con forma de octágono con un número uno tallado. Luthor empezó a sentir lástima por aquel ser deforme e inferior.

-De que están hechas las paredes. ¿No se suponía que tenía una fuerza descomunal?

-La verdad es que la sección ha realizado grandes avances desde el “encuentro” que tuvimos hace 3 meses.

-No recordaba que hiciera tanto tiempo.- Sin ninguna duda, aquella noche quedará grabada en su memoria hasta que muriera. Fue su otra noche de gloria.- El papeleo me tiene completamente ocupado. Y al no recibir ninguna noticia tuya, suponía que no habías avanzado nada.

-De hecho, el diseño de las “paredes”, que tú llamas de cristal y las columnas que lo sujetan, estaban detallados en el ordenador de la nave. Ni son paredes, ni las columnas son columnas. Es, por así decirlo una ventana a otra realidad. Un portal generado por los cuatro soportes de campo cuántico. En realidad, es como si estuvieras en el cine. Lo que estas viendo es una zona que no hemos sabido catalogar aún. La llamamos la Zona Fantasma. En la nave había una pistola que enviaba cualquier cosa ha dicha zona. También estaban los planos de esta especie de pantalla, y como no había forma de contener a Bizarro, decidimos mandarlo para allá.

Luthor estaba maravillado con aquello. Solo de pensar en las posibilidades. Cualquier ejército invasor podría ser arrasado en un segundo, enviándolos a todos a aquella zona fantasma.

-Antes de que empieces a pensar en utilidades para este descubrimiento, deberiamos hacer una investigación a fondo de dicha zona fantasma. Tengo a cuatro candidatos que se han ofrecido voluntarios para entrar en dicha zona. La gente de la sección ya los ha bautizado como los retadores de lo ….

-Porque parece tan imbécil. Esta sentado en esa roca sin hacer nada. ¿Es que no sabe hablar? ¿entiende, siquiera nuestro lenguaje?

-La verdad es que si que lo entiende, pero lo hace al revés. Para Bizarro decir si es decir no, y decir no es decir si. Muy extraño. Alguien de la sección le hizo el collar, y pareció encantarle. Desde entonces no se ha separado de él.

-Pero dijiste que su fuerza era descomunal. No habría forma de controlarlo. Obligarle a cumplir mis ordenes. Algún tipo de control mental

-Tenemos a gente que esta trabajando en esa dirección. Quizás se necesite algún tiempo, pero posiblemente, se pueda llegar a hacer progresos en ese campo. Aunque, sería necesario y yo casi aseguraría que imprescindible, que tuviéramos muestras vivas. Con una mente racional sería más sencillo realizar un control mental. Con una mente tan caótica como la de Bizarro, es imposible realizar un esquema de pensamiento que puede otorgarnos alguna clase de viabilidad….

-Ya lo sé, ya lo sé. Estoy intentando concentrar todos mis esfuerzos en esa dirección. Se que el cuarto ocupante, debe de estar vivo. Lo presiento. Solo es cuestión de tiempo que demos con él y sea nuestro. Tu encargate de tener todo a punto para ese día.

-¡Coronel Luthor!,¡ Coronel Luthor!

Los gritos venían de más allá de la puerta. Varias voces gritaban en tono militar y autoritario que se detuviera. Pero los pasos decididos de aquel hombre se acercaban rápidamente. Una vez más recibió la notificación de que se detuviera o le dispararían. Su risa resonó por toda la sala. Una risa maquiavélica y diabólica que infundía verdadero terror. De él se contaban cosas horribles. Su desprecio por la vida humana y su crueldad, le precedían. Su mirada era cautivadora e hipnotizante. Pero su mente estaba loca, perdida en un mundo más allá de cualquier rastro de razón o lógica.

-Coronel Luthor, detenga a estos panolis que están jugando a soldaditos y salga a escucharme. Tengo algo importante que decirle

Luthor salió de la sala de Bizarro. Se encontró a un hombre civil rodeado por más de 20 soldados con rifles M1 Garand apuntándole a la cabeza. Y el tipo tenía una sonrisa de oreja a oreja grabada a fuego en su cara. Su frialdad era absoluta. Se llamaba Jack Napier, aunque todo el mundo lo conocía por el Joker.

-¿Qué es eso tan importante Joker para que tengas que molestarme?

-Lo hemos encontrado, Lionel.

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