martes, junio 27, 2006

An elseworlds of DC Universe: Roswell 1947 Capitulo dos

Gotham City.

23:00 Martes 6 de Diciembre de 2005

- Tengo pruebas fehacientes de que algo gordo esta a punto de ocurrir. El gobierno, en colaboración con el ejercito, están tapando sucesos anormales que están ocurriendo tanto en suelo extranjero como aquí en nuestro país.- Lois Lane tiraba las palabras a la cara más que pronunciarlas. El delegado del gobierno en Gotham no sabía adonde dirigir la mirada. La cara de Lois se estaba volviendo cada vez más abultada y colorada. Nunca era capaz de parar cuando creía tener razón. Y en este caso, estaba convencida hasta la médula.

-Es una conspiración a tan alto nivel que no creo que este enterado ni el presidente.-

-Perdone señorita -el delegado tragó saliva-creo que esta exagerando las cosas y que esta sacando las cosas de contexto. No se si será el ponche de esta fiesta que esta bastante cargado, pero creo que ya ha bebido bastante.

-Ni he bebido ni creo que este exagerando las cosas, señor delegado.

La orquesta de la gala tocaba canciones antiguas. Toda la alta alcurnia de Gotham así como los rostros más famosos del momento, estaban reunidos en la gala a favor de las victimas del Tsunami. Entre sonrisas falsas y palabras tristes en honor de los desahuciados, se lavaban las conciencias a golpe de talón.

-El gobierno de Estados Unidos ha comenzado una campaña de ingerencia en la política de los países de oriente próximo, auspiciada por el malestar del pueblo a causa del creciente auge del terrorismo y alimentada por la falta de recursos energéticos.

-Mire señorita Lane. Creo que usted es una gran periodista y por lo que veo muy apasionada con su trabajo. Pero de verdad le digo que no sabe de lo que esta hablando. Creo que es hora que dejemos esta conversación.- El delegado se excuso amablemente, pero en su semblante apareció una expresión de incomodidad y enfado. Aquella mujer era capaz de enervar hasta a la persona más fría.

-Espere delegado, no crea que…-Lois notó que le agarraban el brazo y le impedían continuar. Se giró y vio Jimmy olsen con su eterna cara de adolescente y a Perry su editor jefe.

-Vamos Lois, deja descansar a ese hombre. Relájate y disfruta de la fiesta.-La sonrisa de Jimmy era sincera. Dejaba entrever unos dientes de un color blanco reluciente.

-Haz caso al chico, mujer. Nunca sabes como dejar de ser periodista. Aparca el trabajo por una noche. Mañana seguiremos machacándolos con la pluma….

Lois no sabía como replicarle. Perry era como un padre para ella. Y Jimmy, su hermano pequeño. Suspiro y sintió que la presión disminuía en su cabeza.

-Esta bien, tú ganas Perry. Me comportaré como una buena chica.

-Perfecto hija. Ese vestido rojo, realza tus ojos negros. Solo un superhombre sería incapaz de resistir tus encantos.

-Que alagador eres Perry. Tú si que sabes tratar a una dama.- la sonrisa de Lois podía rivalizar con la estrella más brillante de la noche.

-Y vaya par de encantos que tienes Lois….Si te colocarás una bandera, todo por la pa…-la colleja freno en seco las palabras de Jimmy.

-Compórtate como un hombre Jimmy. Que ya no eres un niño.

Un camarero paso con una bandeja de Champan. Cada uno de ellos cogió una copa y brindaron por el Daily Planet. La sala era enorme. No había en ningún rincón en la que no llegará una luz cálida y brillante. Contrastaba tanta luminosidad con la oscuridad que se cernía en el exterior. La gala se celebraba en el recién inaugurado auditorio principal de la ciudad. Construido gracias a los donativos de la cada vez más influyente Wayne Tech. Propiedad de Bruce Wayne, el carismático playboy y uno de los líderes de las finanzas nacionales e internacionales.

La orquesta dejo de tocar. Sonó un agudo chirrido de acople del micrófono cuando la cantante lo soltó de su pedestal. El vicepresidente de Wayne Tech tomo la palabra y agradeció a todo los presentes la asistencia a la gala y la generosidad demostrada. Anunció que el Alcalde de la ciudad, pronunciaría un discurso a favor de las victimas del Tsunami. El alcalde subió al escenario, en medio de una apatía general y algún discreto aplauso. Comenzó el discurso con su voz gangosa y monótona.

-Crees que este tío es de verdad, o es una especie de robot humanoide o quizás una imagen holográfica, rodeada de un campo de fuerza estático que le brinde sustántibilidad- comentó jimmy a Lois, mientras gesticulaba dando forma a un campo de fuerza imaginario.

-No se lo que es en realidad, pero te puedo asegurar, que su cabeza es hueca y esta completamente vacía. Según cuentan la gente de aquí es una marioneta de las mafias. No me extrañaría que le apretarán tanto, que le saliese una mano por la boca.- Lois no pudo evitar sonreír ante la salida de Perry. Iba a contraatacar con otro comentario sarcástico, cuando por el rabillo del ojo vio entrar a Lex Luthor seguido de su sequito de guardaespaldas. No pudo reprimir su rabia y su odio. Había pocas personas en el mundo que aborrecía y detestaba. Pero Lex Luthor era el primero de su lista.

-Perdonarme chicos, he de empolvarme la nariz. Ahora vuelvo.- Su excusa era pobre. Pero no quería que Perry se diese cuenta de su intención. Lex Luthor había demandado varias veces al periódico por su causa.Y aunque sabía que podía contar con Perry, no quería preocupar más a su jefe o llegar a hacer algo que realmente le molestará. Cuando creyó que no le verían atacó.

-Como tiene la vergüenza de presentarse aquí señor Luthor. Usted es el menos indicado para poder siquiera estar en esta gala.

-Lois, Lois, tan bella y guapa como siempre. Lástima que tu inteligencia no este a la altura de tu belleza.

-Ja! El eterno machista. No sabes como defenderte y recurres a tópicos típicos. Tengo pruebas que demuestran que el gobierno tiene un arma secreta que lleva realizando operaciones encubiertas varios años. Dicha arma, sería la causante del desequilibrio de poderes que esta registrando el mundo, en favor de Estados Unidos.

- Y de que clase de arma estamos hablando señorita lane?

-De un supersoldado.

Luthor no pudo evitar soltar una carcajada. Su risa era desagradable y descarada. Lois llevaba semanas, casi meses investigando y atando clavos. Solo lo sabía Jimmy. Como buen fan de Expediente X, creía en todas las teorías conspiratórias que circulaban por la red. Pasaba horas delante del ordenador leyendo y archivando toda clase de información de sucesos extraños. Los clasificaba y se los mostraba a Lois. Cuando hablaban y teorizaban sobre el tema parecía tener sentido. Pero dicho en alto, la teoría no parecía sostenerse. La insultante risa de Luthor la devolvió a la realidad.

-Tengo una foto de sonar realizada por un submarino oceanográfico japonés que se encontraba en la zona del Tsunami. En ella, se pueden apreciar claramente dos figuras humanas que parecen estar peleando a más de 2 kilómetros de profundidad.

-Perdón, ¿dos figuras humanas peleando, jajaja, a más de dos kilómetros de profundidad? Luthor no podía contener la risa.-Entonces ¿no hay un supersoldado solo? Son dos. Uno es nuestro y el otro es de……dejame adivinar, los rusos. - El volumen de la risa de Luthor es estaba elevando cada vez más- Parece el guión de un mal comic.

-El submarino se encontraba transmitiendo por satélite una descripción detallada de lo que se estaba registrando. Habla de dos figuras que parecen humanas, moviéndose a más de 30 nudos bajo el agua. En el mismo momento del temblor de las placas tectónicas que produjo el tsunami, el submarino oceanográfico describió que las dos figuras descendieron muy rápidamente hacia el fondo, hasta que oyeron un sonido enorme como si algo hubiera chocado contra el suelo oceánico. Justo en el instante que se cree fue el momento de origen del Tsunami. Tras eso, todo lo que se puede escuchar, son gritos de auxilio de la tripulación, diciendo que algo ha chocado contra el submarino y ha abierto varias vías de agua.

-Srta. Lane, por favor dejé lo ya, no creo que pueda reír más. Me duele el estomago….-la risa de Lex Luthor cada vez era más ruidosa y escandalosa. Lois no podía soportarlo más. Pretendía dejar en ridículo a Luthor y lo único que estaba consiguiendo es que todo el mundo se fijará en ella. Tenía que hacer callar a Luthor.

-Basta Luthor- le echo por encima la copa medio vacía de champan.- No tienes ningún derecho a reirte. Estas ocultando la verdad y tus manos están manchadas de sangre, y te puedo asegurar que lo pagarás caro.-El rostro de Luthor se empezó a convertir en una mascara de odio y asco hacia Lois.- No se cuanto tiempo crees que podrás seguir manteniendo esta mascara…..-No pudo terminar la frase. Sintió que alguien le empujaba por detrás.

-Pero que demonios-Se giro con rabia y con deseos de estamparle toda su resentimiento e ira al fulano que le había empujado.- Ja! No podía ser otro, el Señor, por decirlo de alguna manera, Bruce Wayne. El compinche de Luthor…

-Perdone Srta Lane, no creía que pudiera tener el culo, taaan grande, hips.- Wayne apenas se mantenía en pie. Se desplazaba perceptiblemente de izquierda a derecha, a causa del alcohol ingerido.- Me encantaría seguir charlando con usted, pero creo que por aquella dirección, se seguirá encontrando la kournikova.

-Maldito machista engreído. Creo que usted también tiene mucho que esconder y alguien debería investigar sus actividades con el ejército.

-Perdone srta. Lane, el señor Wayne se excusa por su comportamiento y le invita a otra copa.- Dick Grayson agarro suavemente pero con firmeza el brazo de Lois, y la obligo a alejarse de Luthor y sus cada vez más nerviosos guardaespaldas.

-Dick Grayson. El púpilo de Wayne, ¿o hay algo más que ocultar? A Wayne le encanta rodearse de chicos jóvenes, ¿Acaso Wayne tiene que salir del arm…- Dick abrió la primera habitación que encontró. Comprobó que no había nadie e introdujo a Lois dentro. Cerro la puerta con violencia. Agarró a Lois de los dos brazos y le espetó a la cara.

-Ya basta Srta Lane. Bruce Wayne le acaba de salvar la vida.

miércoles, junio 14, 2006

An elseworlds of DC Universe: Roswell 1947 capitulo uno

"En otros mundos, los héroes son tomados de sus lugares habituales, y llevados a extraños tiempos y lugares, algunos que han existido o pueden haber existido y otros que no pueden, podrían o no deberían existir. El resultado son historias en las cuales personajes tan familiares como el ayer nos parecen tan frescos como el mañana."

Roswell, Nuevo Méjico

23:00 Viernes 4 de julio de 1947

Martha se encuentra en la cocina preparando la cena. El sonido de la radio le hace compañía. Las canciones de Glenn Miller le recuerda a los bailes de los sábados en el viejo salón. Sonríe al recordar lo torpe que es Jonathan cuando la pisa bailando y lo encantadoramente que se comporta cuando se disculpa con esa carita de perrito abandonado.

-Jonathan la cena estará lista en breve. Ve terminando que siempre acabas quejándote de que la cena esta fría.

Jonathan está en el garaje, acabando de acoplar el nuevo carburador a su vieja furgoneta. Necesita que este lista a primera hora del sábado. Llevaba varios meses esperando el envío de las nuevas herramientas. Arranca el motor y tras unos breves gimoteos, se para con un enorme tosido entre polvo y humo negro.

-¡Voooooy mujer! ¡Maldita furgoneta!. Justo cuando más la necesito es cuando le quedan menos ganas de trabajar.

Ajusta de nuevo la entrada de aire al carburador, y lo intenta de nuevo.

-Vamos pequeña, hazlo por papa.

Tras un breve y ronroneante arranque, el viejo motor de su Ford, comienza a cantar como los ángeles.

-Si señor – la risa de Jonathan se mezcla con el contundente petardeo del motor. La sonrisa que llena su cara podría iluminar todo el garaje- Ya voy mujer, estoy escuchando música celestial- dijo entrando por la puerta de la cocina.

De pronto oyeron el cielo desgarrarse.

-¿Qué demonios ha sido eso?- dijo jonathan encaminandose hacia la puerta de la entrada de casa

-Parecía una explosión-apuntó martha siguiendo a su marido.

Cuando estaban en el patio, dirigieron su mirada a donde provenía el ruido y observaron con asombro y terror como una línea de fuego y humo rasgaba el cielo estrellado de la noche.

-¡Dios mío! Parece un misil de los que caían en Londres durante la guerra. Lleva una velocidad infernal. Va a caer no muy lejos de aquí. Martha será mejor que nos metamos dentro de la ca…- No tuvo tiempo de terminar la frase. Protegió a su esposa con su cuerpo y la obligó a echarse al suelo. El ruido fue como si una bomba nuclear explotara. La luz que irradió inundo el valle con una luz tan pura y brillante que las sombras no tuvieron lugar para esconderse.

-¿Te encuentras bien martha?. ¡Dios bendito!, ha estado cerca mujer. Voy a acercarme a ver de qué se trata. Quizás sea uno de esos meteoritos que tanto hablan en la radio.

- Ni se le ocurra Sr. Kent. Usted se queda en casa y espera que las autoridades pertinentes se encarguen del asunto. Vaya usted a saber que es lo que ha caído- Jonathan sabía que cuando su mujer le trataba de usted, no podía moverla de su sitio ni un mercancías a toda máquina.

-De eso nada mujer. Quizás sea algún avión y necesiten ayuda los pilotos, o sino es así , quiero saber lo que ha caído.- Martha sabía que cuando la llamaba mujer, no había forma humana de que cambiará de opinión, y como su curiosidad superaba a su temor, decidió dar su brazo a torcer.

-Está bien Jonathan, pero nada en el mundo me impedirá que te acompañe.


Tardaron 5 minutos en llegar al lugar de la explosión. El fuego empezaba a expandirse rápidamente por los campos de maíz. El humo producido llenaba el lugar con un olor fuerte y penetrante. Se cubrieron la boca y la nariz con pañuelos y avanzaron agachados para evitar el espeso humo. A medida que se acercaban al lugar del impacto, el miedo se iba apoderándose lentamente de sus cuerpos.

-Jonathan, vamonos de aquí. No puedo soportar el calor- Martha tosió con fuerza. Sentía como el humo invadía su cuerpo.

-Tranquila mujer, nos estamos acercando. Ya casi lo veo.-Agarró con fuerza la mano de su mujer. Fuera lo que fuera aquello, no iba a darse la vuelta, sin ver que demonios había en ese endemoniado campo de maiz.

-¡¡Por el sombrero del tío Sam!!- La voz de Jonathan se convirtió en un susurro al poder contemplar con claridad el objeto de su curiosidad.

Era un cilindro alargado acabado en punta. Completamente metálico, brillante y pulido como la plata recién limpiada. Su superficie era lisa y reflejaba con total nitidez todo el infierno que ocurría a su alrededor. No parecía tener ningún tipo de juntura ni soldaduras. Parecía un cohete sacado de los comics de Flash Gordon. Aunque hacía mucho calor, estaba frío como el hielo recién sacado de la nevera. Jonathan se quemó la mano al tocarlo. Algo ocurrió entonces. Apareció una luz brillante formando un perfecto ovaló. Se fue haciendo más intensa a la vez que el óvalo se hacía más grande

-¡Dios mío! Que luz más potente, es como mirar al sol directamente. Martha, tapate los oj…- Un sonido gutural y profundo acallo las palabras de Jonathan. Todo su cuerpo vibraba con aquel sonido. Pensó que la cabeza iba a estallar. Las llamas se apagaron con un siseo vaporoso. El ambiente se convirtió en una sauna. No podía ver más allá de aquella luz. Sentía la mano de su mujer y se aferraba a ella como si fuera su única ancla en aquella pesadilla. El sonido paró tan de repente como había llegado. El silencio se apoderó de la noche. La niebla comenzaba a dispersarse. La luz comenzó a perder intensidad. Sus ojos se fueron ajustando a la luz reinante. Aclaro su visión y aunque sus ojos veían una cosa, su cabeza le contaba otra, su corazón no conseguía escaparse por su garganta. Aclaró su garganta, y con voz suave y entrecortada, consiguió susurrarle a su mujer.

-Es un niño….